Tanto los hilos de PDO, como el radiesse® en diferentes diluciones, son inductores de colágeno que nos permiten combatir la flacidez que va a apareciendo con los años.
A medida que envejecemos, nuestro organismo produce cada vez menos colágeno, lo que conduce a una reducción del 80% del grosor de la piel hacia los 70 años. Esta pérdida de volumen y tersura, lleva a un descolgamiento y a la aparición de la temida flacidez. En distintas zonas corporales (abdomen, brazos, muslos, glúteos, son algunas de ellas).
Prácticamente cualquier zona del cuerpo se podría tratar con los inductores de colágeno, ya que lo que conseguimos con el tratamiento es aumentar y mejorar nuestro propio colágeno y elastina consiguiendo un rejuvenecimiento continuo y progresivo para los tejidos.
Los pacientes que se someten a estos tratamientos notarán una mejora progresiva de la elasticidad de la piel y por tanto de su flacidez.
Las zonas que con más frecuencia suelen someterse a estos tratamientos son: abdomen, cara interna y anterior de muslos, parte superior de las rodillas y brazos.
El tratamiento se realiza de forma ambulatoria en aproximadamente una hora, con anestesia tópica por lo que es prácticamente indoloro.
Permite una recuperación inmediata e incorporación a la vida cotidiana.
Los resultados son progresivos ya que se debe producir la estimulación de nuestro propio colágeno y suele realizarse una vez al año.
Se pueden asociar otros tratamientos potenciadores y complementarios a estos estimuladores del colágeno.