La apariencia de las manos es un signo revelador de la verdadera edad de una persona. Además de la cara y el cuello, las manos son la parte más visible del cuerpo humano y, a menudo, tienen una alta exposición a factores ambientales como la luz solar y los productos químicos domésticos comunes, que puede producir un envejecimiento acelerado.
Arrugas, pigmentación irregular (léntigos), telangectasias, deshidratación, atrofia junto con venas subcutáneas y tendones marcados son algunos signos de envejecimiento que se presentan a este nivel.
Podemos actuar para paliar estos efectos a distintos niveles:
Los rellenos dérmicos más utilizados en el rejuvenecimiento del dorso de manos son el ácido hialurónico y la Hidroxiapatira cálcica (Radiesse®). La HaCa se pone de forma diluida y tiene aprobado su uso por la FDA . Además de su efecto de relleno, actúa por un mecanismo de bioestimulación. La duración del tratamiento es de 6 a 12 meses. Al reemplazar el volumen perdido en el dorso de la mano se crea una apariencia más juvenil. Se disminuye la laxitud y las arrugas de la piel , y se disfrazan la prominencia de las estructuras subyacentes , como las venas, huesos y tendones.
Suele aplicarse con cánula y es una técnica prácticamente indolora.
Tras el tratamiento se darán una serie de consejos de masajes para los primeros días.
A nivel dérmico, la técnica más efectiva es la IPL o luz pulsada intensa que permite corregir las lesiones vasculares y pigmentadas en todo el dorso de la mano. Además, el calentamiento dérmico causado por la IPL induce neocolagenogenesis, lo que lleva a una mejora de la textura de la piel.
La inyección de skinbooster y prophilo que contienen ácido hialurónico no reticulado consiguen también muy buenos resultados .